Perfumes de mujer

Los perfumes de mujer son tanto un medio de seducción como una fuente de placer. Desde la antigüedad y hasta hoy en día, para muchas mujeres poner un poco de fragancia favorita en la piel del cuello y muñecas es la mejor manera de enfatizar el encanto y levantarse el ánimo.

¿De dónde viene la palabra perfume?

La palabra en sí proviene del latín "per fumum" lo que significa "a través del humo". Esto se remonta a los tiempos antiguos cuando los sacerdotes quemaban incienso a los dioses para complacer a los poderes superiores y pedir su protección de enfermedades e infecciones, buen tiempo o cualquier otra cosa importante.

Fragancias para uso “personal”

Se cree que los primeros perfumes de mujer y hombre aparecieron en el antiguo Egipto. En aquel entonces, la gente aplicaba aceites aromáticos en la piel para protegerla del sol. Y la élite de la sociedad egipcia usaba el aroma de los lirios para indicar su estatus alto. Los antiguos griegos y romanos también usaban composiciones aromáticas para cuidar el cuerpo y por puro placer.

En la Antigua Grecia, se creía que la perfumería era el oficio de los dioses, cada uno de los cuales se asociaba con un cierto aroma. Por ejemplo, el olor a rosas y violetas correspondía a la diosa de la belleza y el amor Afrodita. Tal vez es por eso que hasta ahora muchos perfumes de mujer incluyen notas de rosa.

Siglo tras siglo, el arte de la perfumería no cesaba de florecer y desarrollarse. En 1608, en el monasterio de Santa Maria Novella de Florencia apareció la primera fábrica de perfumería del mundo. Los duques y príncipes, e incluso el Papa, la patrocinaban e hicieron valiosas contribuciones al monasterio. Sin embargo, hasta el siglo XVIII los perfumistas no solían dividir sus composiciones en perfumes de mujer y aromas para hombres. Esta tradición nació en Francia después de la Revolución de 1789.

Hoy en día, la variedad de fragancias femeninas asombra. Florales y orientales, para uso diario y para ocasiones especiales, para deportistas y mujeres de negocios, de nicho y mass market, en el mercado moderno hay opciones para todos los gustos, propósitos y bolsillos.

Perfumes de mujer y reglas de etiqueta 

A pesar de que en nuestros días es casi imposible encontrar a una persona que nunca haya usado fragancias, la mayor parte de aquellas que las ponen todos los días no tienen ni una idea de cómo usarlas correctamente. De verdad, cuando se trata de aromas, hay al menos 3 reglas de etiqueta que todos debemos seguir:

• para cada ocasión, su propia categoría de fragancias: no elija aromas fuertes para lugares donde no hablan alto (hospital, biblioteca, catedral);
• el principio "cuanto más, mejor" no se aplica en este caso: si no lo huele, esto no significa que las personas que le rodean no lo huelen;
• aplique fragancias sólo en la piel limpia y nunca las mezcle.

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